Aumentar, mejorar o prolongar la felicidad de alguien es quizás un objetivo muy ambicioso. De todos modos, creemos que las ideas que vamos a ofrecerte realmente son útiles para que tu modo de vida esté alineado con el objetivo de conseguir ser más feliz.

Entender la filosofía
La clave de la teoría está en comprender que en tu vida inevitablemente tendrás buenos y malos momentos. Debes estar preparado para ambos. Si no lo estás, afectarás, comprometerás y condicionarás los futuros momentos. Tu actitud ante un momento de felicidad es fundamental. Pero también lo es en un periodo negativo.
Simplemente tenlo en cuenta de ahora en adelante.

La actitud en los buenos momentos
¿Hay que vivirlos al máximo? ¿Olvidando que puedes estar al cabo de un instante sumido en un momento de tristeza, privado de toda la alegría que en segundos, minutos, horas, días o semanas anteriores tenías? En cada caso, la felicidad tiende a comportarse de una forma distinta y opuesta:
  • Vivir los buenos momentos al máximo tiene el "handicap", generalmente, de provocar momentos negativos opuestos de mayor dimensión (bien por el propio momento, bién por que la ilusión de la felicidad de la que partimos magnifica el momento negativo).
  • Vivir los momentos felices con templanza suele provocar un efecto suavizador al momento negativo venidero aunque tiene el efecto perverso de no aprovechar la auténtica felicidad.
Lo que recomendamos, en base a la teoría de la felicidad, es vivir el bueno momento al máximo siempre pero, a la vez, reservar espacios para reflexionar y simular un cambio hacia un momento duro o triste. Con eso sería suficiente para que la actitud maximice la relación o proporción de alegría/tristeza en el lado de la felicidad.
Por otro lado, prescindir de momentos de felicidad innecesarios (que cada cuál defina qué es eso) tiende a compensar venideros momentos de tristeza.


La actitud en los malos momentos
La tristeza, los tiempos difíciles y duros conllevan siempre una tendencia destructiva de nuestro ser, de nuestro estado de ánimo.
Es así por definición.
La actitud positiva en dichos momentos, por duros y difíciles que sean, es muy recomendable ya que siempre se debe tener presente que los momentos de felicidad volverán. En general no obstante es muy complicado tomar esta actitud. Pero es absolutamente fundamental.
El problema está, además, en que un exceso de valentía o incluso de confianza nos puede llevar a ilusioros estados. Estos falsos estados de felicidad cuando topan con la cruda realidad son un factor multiplicativo (y a veces exponencial) de la tristeza de un mal momento.

Lo que recomendamos, en base a la teoría de la felicidad, es nunca poner en peligro nuestro ser cuando uno está inmerso en un mal momento. Así, hay que sufrir en la tristeza, el desengaño y el dolor; todo ello siendo consciente que también el sufrimiento tiene un límite y éste es cuando empieza a desmontar nuestros propios pilares.
Los malos momentos no se evitan: se minimizan si queremos pero son inevitables. Provocar un mal momento no es en general una buena postura ya que no tiene porque darnos uno extra de felicidad: Quizás hará que una temporada negativa futura no lo sea tanto. Quizás intensificará otro momento de felicidad. Quizás no provoque nada en absoluto.

La actitud con quién nos rodea
Puede parecer que somos individuos, con todo lo que conlleva, pero nuestra independencia e individualidad no es tal. Lo que hacemos a los demás, lo que los demás nos hacen a nosotros siempre altera nuestro estado y, por lo tanto, afecta al equilibrio entre alegría y tristeza.
Hay una directa relación entre ofrecer ayuda a alguien y que eso signifique el inicio de un buen momento futuro.
Del mismo modo, percibir ayudas de otros sin dar nada a cambio suele acabar generando un mal momento con posterioridad. Es así puesto que el esfuerzo que uno hace para con otro conlleva cierto sufrimiento (vivencia de momento negativo provocado) y que implica un siguiente cambio al estado opuesto. Las recomendaciones aquí son obvias.

La actitud con las cosas
Las actitudes posesivas para con los bienes materiales siempre conllevan cierta negatividad (tristeza en momentos futuros). No es malo tener dicha actitud pero debe compensarse de alguna manera o la balanza tendirá a desequilibrarse hacia el lado opuesto a la felicidad. Además, es indiferente que uno pueda o no merecer el bien material.
Aunque pueda parecer un contra sentido, uno no está directamente expuesto a un suceso grave y/o triste después que le haya tocado la lotería pero tiene una altísima probabilidad de que así sea. Si en el pasado has sido agraciado con un premio importante quizás sabes perfectamente a qué nos referimos.

Entender la felicidad
No solemos entender la felicidad. No porque sea compleja, no porque sea inaccesible.
Somos incapaces de entender la felicidad porque nos montamos complicada películas para describirla, hablar de ella y buscarla. En general, nuestra misma naturaleza hace que no solamos entender la felicidad aun siendo felices.

Esperamos que hayais disfrutado de nuestras ideas para potenciar la felicidad: Te animamos que sigas los consejos derivados de la teoría durante un plazo razonable de tiempo (uno o dos meses) y que nos cuentes si te ha funcionado en algún sentido.
Tanto si lo haces como si no puedes dejar tu opinión utilizando nuestro foro...

 
 
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